Un concepto clave para cualquier deportista
debe ser el de recuperación.
Ya sea descanso total o descanso activo,
nuestro entrenamiento debe tener en cuenta los plazos necesarios para que
nuestro cuerpo se recupere. El descanso adecuado nos permitirá, por un lado,
regenerar nuestro organismo, permitiendo que rinda más y, por otro lado,
evitará tanto las lesiones como el sobreentrenamiento.
A la hora de planificar el tiempo de descanso,
es cuando se plantea el dilema ¿descanso total o descanso activo para recuperar
en menos tiempo?
El descanso total sería aconsejable para el
día después de una carrera, un partido o alguna competición importante. El
descanso activo, también llamado entrenamiento de regeneración, nos servirá
para recuperarnos en un plazo de tiempo menor tras una sesión de entrenamiento.
Hay que dejar claro que el objetivo de este entrenamiento es oxigenar y aportar
nutrientes a los músculos, nunca para ganar fuerza o resistencia. En este
sentido, el ritmo de un entrenamiento de recuperación debe ser lento y suave. A
menor velocidad en el entrenamiento de regeneración, más rápidamente veremos
los efectos positivos en nuestros entrenamientos más intensos.
Varias formas sencillas de hacer un día de
descanso activo serían: dar un paseo en bici, sin prisas y sin cuestas; un baño
en la piscina, con unos largos de por medio, independientemente del estilo, lo
importante es mover los músculos de forma tranquila y en un medio poco
traumático y muy relajante, como el agua; y un paseo relajante seguido de una
breve sesión de estiramientos.
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